Raymond Tomlinson

Raymond Tomlinson, el inventor del correo electrónico

En Octubre, concretamente el 9, se celebra el Día Mundial del Correo. Este día conmemora la creación de la UPU (Unión Postal Universal) en 1874 y tiene como objetivo concienciar sobre el papel del correo postal en nuestro día a día y cómo este ha contribuido al desarrollo de las sociedades. Los últimos años se ha celebrado bajo el lema “Innovación, inclusión e integración”, los factores clave para garantizar el futuro del correo.

Sin embargo, el uso del correo tradicional ha quedado relegado a un segundo plano a medida que el correo electrónico le ha ido ganando terreno. En esta entrada descubriremos quién fue su inventor.

El padre del correo electrónico

Raymond Tomlinson nació en Nueva York el 2 de octubre de 1941. En 1963 se licenció en ingeniería eléctrica en el Instituto Politécnico Rensselaer. Continuó sus estudios en el MIT donde se formó en temas relacionados con la síntesis del habla para en 1965 obtener el máster en ingeniería eléctrica en esta institución.

Pasados dos años empezó a trabajar como ingeniero en la empresa Bolt, Beranek y Newman. Compañía responsable del desarrollo de los primeros sistemas de ARPANet, precursores de lo que hoy en día es Internet. Tomlinson ayudó a desarrollar el sistema operativo TENEX y contribuyó con la implementación de diversos programas.

Raymond partió de dos desarrollos ya existentes: SNDMSG, programa que enviaba mensajes entre los distintos usuarios de un mismo ordenador, y CPYNET, programa que enviaba archivos entre ordenadores de la misma red. Añadiendo código de uno en el otro, adaptó SNDMSG para que fuera capaz de intercambiar mensajes entre usuarios de diferentes ordenadores. De esta forma, en 1971 se sentaban las bases de lo que hoy conocemos como correo electrónico.

Como dato curioso, pese a que el invento permitía enviar mensajes entre dos ordenadores tan distantes como quisiéramos, las primeras pruebas se realizaron con ordenadores que estaban literalmente uno al lado del otro.

Ante inventos de esta magnitud siempre imaginamos que el primer mensaje fue algo épico, todos tenemos en mente la primera frase de Neil Armstrong cuando pisó la superficie lunar, sin embargo, este no es el caso. Raymond confesó no recordar qué mensaje contenía su primer email, muy probablemente fuera una secuencia aleatoria de caracteres sin sentido alguno.

A él también le debemos el uso de la arroba en las direcciones de correo electrónico ya que tuvo la idea de usar ese símbolo para diferenciar el nombre de usuario del servidor, patrón que se mantiene en la actualidad. El porqué de la arroba y no otro símbolo se reduce a que hasta ese momento no tenía ningún uso relevante.

Tomlinson siguió su andadura en BBN donde continuó haciendo valiosas aportaciones en arquitectura de red, protocolos de red, diseño de ordenadores, etc.

Raymond Tomlinson falleció en 2016 de un ataque al corazón, no sin antes recibir el merecido reconocimiento por su trabajo. En 2009 le otorgaron el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica, junto a Martin Cooper (enlace). Y en 2012 fue añadido al Salón de la Fama de Internet, este museo virtual reconoce la contribución de personas clave en el desarrollo de la red.

Raymond un programador que se podría decir que no es excesivamente popular pero cuyo invento ha tenido un impacto importantísimo en nuestras vidas y en el mundo laboral. Queda por vislumbrar el futuro que le depara al correo electrónico. De unos años para acá le sucede como al correo postal, por la aparición de nuevas herramientas y plataformas va quedando relegado a un segundo plano.

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