Martin Cooper

Martin Cooper, pasión por las comunicaciones móviles

Probablemente para algunos sea la primera vez que escuchan el nombre de Martin Cooper, sin embargo, hace años que uno de sus inventos se ha convertido en indispensable para todos.

Nacido el 13 de junio de 1928 en Chicago, se puede considerar que es un ingeniero de vocación ya que desde niño comenzó a tener ideas que más tarde se convertirían en inventos históricos.

Se licenció en Ingeniería Eléctrica en el Instituto Tecnológico de Illinois en 1950, años después obtuvo un máster y posteriormente el doctorado en esta misma institución.

Empezó su carrera profesional en Motorola donde desarrolló multitud de productos, entre ellos el primer teléfono móvil. Desde entonces ha sido cofundador de numerosas empresas relacionadas con el mundo de las comunicaciones, siempre junto a su esposa Arlene Harris. En la actualidad dirigen Dyna LLC, una incubadora de proyectos enfocados al desarrollo de las redes de telefonía.

El primer móvil

Hasta entonces las llamadas se limitaban a hogares u oficinas por medio de cables. Algunas empresas se estaban centrando en desarrollar la telefonía inalámbrica para automóviles, siendo necesaria una caja llena de cables que iba en el maletero. No obstante, Motorola decidió apostar por la telefonía personal.

En 1973, presentaron el primer prototipo, el DynaTac 8000X, fruto de un arduo trabajo del equipo de Martin Cooper. Pesaba cerca de 2 kilos y medía unos 25 centímetros de alto. Tardó 10 años en venderse comercialmente.

Muy sonada fue la forma que tuvo Martin de probar el invento, realizando su primera llamada al ingeniero Joel Engel que trabajaba en AT&T, empresa con la que competían. A muchos les hubiera gustado ver la cara del Engel en aquel instante.

El invento del teléfono móvil llegó en un momento crucial, la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) estaba a punto de conceder el monopolio de la telefonía a AT&T. Martin Cooper y el equipo de Motorola lograron con la demo de la primera llamada cambiar el cauce de la historia.

En su momento, creyeron que los teléfonos móviles aportarían mayor libertad y seguridad a los usuarios. No podían imaginarse los cambios sociales y hasta qué punto estos transformarían la vida de las personas. Cooper soñaba con que un día cada persona podría tener su propio celular. No cabe duda que su sueño se ha hecho prácticamente realidad ya que en el mundo hay casi tantos teléfonos móviles como personas.

A sus 86 años cree que los smartphones siguen en una fase prematura y seguirán evolucionando. Incluso piensa que llegarán a ser dispositivos subcutáneos que actuarán como servidores personales.

Durante su carrera ha ganado infinidad de galardones que reconocen sus logros e inventos, incluyendo el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2009.

A pesar de todos los cambios tecnológicos que le ha tocado vivir y, además de haber sido partícipe de uno de ellos, sigue creyendo que el futuro tecnológico que está por llegar va a ser espectacular.

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