Nuestro cacharro en WordCamp Valladolid

El cómo se hizo de #Buyolid

El 29 de febrero, ya hace casi un mes, se celebró la primera WordCamp Bisiesta: WordCamp Valladolid, y nosotras tuvimos la oportunidad de dar una charla. ¡Gracias, equipo, por contar con nosotras!

Cada vez que tenemos la maravillosa ocurrencia de presentar nuestra candidatura a algún evento, iniciamos el proceso desde ese mismo instante, y es que aún sin saber si vamos a ser elegidas o no como ponentes, tenemos que comenzar el desarrollo de la idea.

#Buyolid

Quizás, si nos conoces, ya sabes de sobra que nos encanta cacharrear, y es por ello que intentamos, siempre que nos es posible, desarrollar algún cacharrito y dar rienda suelta a nuestra faceta maker que tanto nos gusta. Entonces, ¿cómo llegamos a #Buyolid?

Lo primero que hacemos es una lluvia de ideas sobre qué podemos hacer. Normalmente la idea ganadora suele ser algo general, que a medida que vamos desarrollando vamos refinando. En este caso: tenemos una tienda online y queremos saber cuándo alguien hace un pedido.

Bien, lo siguiente, es ¿cómo lo hacemos? Está claro que para la parte de la tienda online usaremos WordPress y WooCommerce, pero ¿y para la parte hardware? ¿Arduino o Raspberry Pi? ¿Qué componentes? ¿Cómo hacemos la integración? ¿Desde WordPress hacia la placa o desde la placa hacia WordPress? ¡Muchas preguntas! Así que toca investigar.

En esta fase estudiamos qué nos aporta cada placa, cómo podríamos hacer la integración, qué ventajas tiene una forma u otra, y ya no solo eso, tenemos que tener en cuenta cuáles son los requisitos técnicos con los que contamos a la hora de la puesta en escena porque puede condicionar el desarrollo del proyecto, como precisamente nos ocurrió con #Buyolid.

En ese punto el sistema consistía en:

  • Tienda online: instalación de WordPress y WooCommerce, configuración de WooCommerce y personalización de la tienda online.
  • Cacharro: Raspberry Pi con unos LEDs que se encenderían cuando recibiera una notificación de que se había realizado un pedido en la tienda online. Para la conexión WiFi la placa se conectaría a un punto de anclaje de uno de nuestros teléfonos, y estaría alimentada por una powerbank.
Componentes electrónicos utilizados en nuestro proyecto para la WordCamp Valladolid
Componentes electrónicos de #Buyolid

¡Perfecto! En este caso tenemos todos los componentes y podemos desarrollar el producto mínimo viable.

Puede que te estés preguntando en qué momento le ponemos nombre al proyecto, depende, a veces desde el principio, a veces cuando nos llega la inspiración, eso sí, siempre suele venir de otra lluvia de ideas.

Cómo se hizo el cacharro

Pero, como les decíamos, nosotras vamos refinando el proyecto a medida que lo vamos desarrollando, y para qué engañarnos, nos vamos viniendo arriba y claro, terminamos metidas en un berenjenal…

#Buyolid no iba a ser menos y la gran idea fue que «estaría súper guay meter la placa en una bola que se ilumine y muestre el logo de WordPress». ¡Fantástico! ¡Qué gran idea! Espera, ¿cómo hacemos eso? Con impresión 3D. ¡Qué chulo! Espera, nosotras no tenemos impresora 3D (todavía), ¿qué hacemos?

Menos mal que siempre puedes contar con los amigos para que te echen una mano. Fernando tiene una impresora 3D y además controla muchísimo del tema. Fue contarle la idea y sin pensárselo nos ayudó. ¡Muchísimas gracias, Fernando!

Lo primero fue transmitirle la idea:

Boceto de la idea de nuestro proyecto para WordCamp Valladolid
Boceto de la idea que le pasamos a Fernando (tenemos grandes dotes artísticas)

Y así comienza el desarrollo de «nuestra bola de cristal». Esta es la primera prueba de concepto:

Poco a poco nuestra idea iba tomando forma y encima nos confirmaron como ponentes. ¡Toma! ¡Seguimos!

Esquema del cacharro de nuestro proyecto para WordCamp Valladolid

Primera estructura de nuestro cacharro para WordCamp Valladolid

Esquema y primera estructura de #Buyolid

¡Cómo mola! En paralelo a la impresión de «nuestra bola» nosotras estábamos desarrollando la electrónica. Además de la luz se nos había ocurrido otra grandísima idea: ¡sonido! Cada vez que se hiciera un pedido también sonarían unas monedas.

Durante el camino nos encontramos con algún que otro obstáculo:

  • La Raspberry Pi no podía estar a la espera de que hubiera un pedido, ya que al estar conectada a un punto de anclaje de un teléfono móvil no teníamos una dirección IP fija. La solución fue pasar a una opción menos óptima: la «raspi» estaría constantemente preguntando si había un pedido. En una situación real esto no sería conveniente desarrollarlo así.
  • A buenas horas se nos ocurrió lo del sonido. La primera opción fue utilizar un buzzer que emitiera el sonido, pero la verdad, quedaba un poco soso y no nos terminaba de convencer, aunque por el contrario era la opción donde teníamos todo controlado y solo implicaba un pequeño componente electrónico. Sin embargo, nosotras que somos unas motivadas: ¿por qué no usar el sistema de sonido de la sala donde íbamos a presentar? La pega es que hasta el mismo día de la exposición no sabríamos si podríamos utilizarla o no, por lo que nuestro plan b era usar un altavoz externo, lo que implicaba meter un aparato más grande en «nuestra bola de cristal». Y te lo creas o no, hasta tuvimos problemas para encontrar un altavoz que nos funcionara con la «raspi». 

No obstante, parecía que íbamos por buen camino:

Aquí podemos decir que ¡funcionaba! Ya solo nos quedaba «la bola de cristal», que iba a ser más grande y azul, como WordPress. Pero antes de llegar al resultado final, otra prueba más:

¡Llegó el día! La exposición

El previo a nuestra charla comenzó el día anterior, en el Contributor Day, donde probamos el sonido con el técnico y todo funcionaba correctamente. Podíamos irnos a dormir tranquilas, o eso creíamos. La primera sorpresa nos la llevamos cuando en un descanso, horas antes de la charla, probamos en el escenario y no se escuchaba nada. Al final el técnico optó por enchufar una petaca de un micrófono a la «raspi». Ahora sí que sí, estaba todo preparado para subirnos al escenario:

¡Qué bien nos lo pasamos! Nos gustó mucho la experiencia, la disfrutamos, nos reímos y compartimos toda nuestra aventura con ustedes. No nos cansaremos de decirlo: ¡gracias Fernando, gracias equipo de organización y voluntarios, gracias a cada uno de los que asistió ese día y gracias a ti por haber dejado que compartamos contigo el cómo se hizo!

Por si no has querido ver el vídeo (tú te lo pierdes, fue una charla muy divertida y con muchas sorpresas) aquí tienes el resultado final de #Buyolid:

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