George Boole

Boole, un gran aporte a la Ciencia

Estamos en la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz, que se celebra anualmente desde 1986, en la semana en la que cae el 11 de noviembre. La proclamó la ONU y anima a:

Organizar conferencias y otras actividades que promuevan el estudio y la difusión de información sobre los vínculos entre el progreso científico y tecnológico, y el mantenimiento de la paz y la seguridad.

Queremos aportar nuestro granito de arena y qué mejor manera que conociendo a una de esas personas que tanto han aportado a la historia y a la ciencia, y que sin ellas probablemente todo lo que conocemos hoy en día sería muy diferente.

Estando a escasos días de su nacimiento, unos siglos después, ¡conozcamos a George Boole!

Un autodidacta llamado George Boole

George Boole nació el 2 de noviembre de 1815 en Lincoln (Inglaterra) en el seno de una familia humilde. Fue su padre quien le enseñó las primeras matemáticas, así como le inculcó la afición de construir instrumentos ópticos.

Durante su juventud se interesó por los idiomas, aprendiendo de manera autodidacta, latín, griego, alemán, italiano y francés; y por la teología. Quiso ser monje e intentó ingresar en la Iglesia, idea que desestimó para poder mantener a su familia.

Con tan solo 12 años tradujo una oda del poeta Horacio, con 16 fue profesor auxiliar en un colegio y con 20 abrió su propio colegio. En su tiempo libre se dedicó a leer revistas de matemáticas y a estudiar los trabajos de Laplace y Lagrange. Acababa de iniciarse en el álgebra, también de forma autodidacta.

El álgebra de Boole

Boole se interesó por el análisis matemático y publicó la solución de ecuaciones diferenciales en el «Transaction of the Royal Society». Trabajo por el que le concedieron la medalla de la Real Sociedad y que supuso su reconocimiento. En 1849 le nombraron profesor de matemáticas del Queen’s College, en Cork, lugar donde pasaría el resto de su vida.

Desarrolló el primer sistema de lógica matemática, denominada álgebra booleana, que plasmó en las obras «Análisis matemático de la lógica» y «Una investigación de las leyes del pensamiento». Además, publicó numerosos escritos sobre matemáticas, entre los que se encuentran los dos nombrados anteriormente, «Tratado de ecuaciones diferenciales» y «Tratado del cálculo de las diferencias finitas».

A pesar de que Boole no lo llegó a ver, su sistema supuso una revolución en el mundo de los procesadores. Setenta años después de su muerte, Claude Shannon demostró que el álgebra de Boole optimizaba el diseño de los circuitos, por lo que se convirtió en el fundamento de los circuitos digitales.

El legado de Boole resuena por todas partes: en los ordenadores, en el almacenamiento y acceso a la información, en los circuitos electrónicos y controles que dan soporte a la vida, en la enseñanza y en las comunicaciones del siglo XXI. Sus avances clave en matemáticas, lógica y probabilidad son el sustrato de las matemáticas modernas, de la ingeniería microelectrónica y de las ciencias de la computación. – University College Cork

George Boole murió a la temprana edad de 49 años.

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